Debemos aspirar a ser un equipo sin excusas. Cuando viajemos a ultramar y juguemos se acabaron las excusas. Me explico: seremos nosotros contra el resto del mundo. No podemos echarle la culpa a los árbitros, la afición contraria, no podemos achacarle nada a nadie. Estamos en posición de determinar nuestro propio futuro.