Cuando empecé a fabricar motos, los profetas de los malos augurios, a veces mis mejores amigos, venían a desalentarme. "Mejor sería que compraras un taller mecánico. Harías mucho dinero. Hay muchos vehículos que reparar en este país". Yo no los escuché y, pese a sus opiniones pesimistas, el 24 de septiembre de 1948 creé la compañía Honda Motor, que hoy brilla en todo el mundo.