Tal se perdió las cuatro primeras rondas de la Olimpiada de la Habana de 1966 por culpa de un terrible 'golpe táctico': un botellazo en la cabeza que le dieron en un night club, al que Korchnoi y él (¡para desgracia de ambos!) habían acudido, vulnerando el régimen competitivo, en una furtiva escapada de la concentración del equipo soviético. Posteriormente, jugó con la cabeza vendada, pero la cicatriz en su frente permaneció con él toda su vida.'Sólo con la constitución férrea de Tal fue posible soportar un golpe así', bromeaba Petrosian