A veces he pensado que a Frank Rijkaard le pasó como a esas personas que cuando tienen dos trajes se visten bien, pero cuando ya tienen mucho dinero y tienen muchísimo donde elegir, se pierden. Quizás el exceso de jugadores confundió a Rijkaard. Antes estaban Deco, Ronaldinho, Xavi y poco más. Luego llegaron Henry, Iniesta, Bojan, Messi... Son muchos buenos.