(...) Cuando intenté comprenderlos, reflexionar y escribir sobre ellos en mi diario y mis cuadernos, me di cuenta -en un momento maravilloso- de que estos dos modelos podrían generalizarse. Estaba hablando de una clase de persona, no de dos individuos incomparables. Esto me produjo una gran emoción e intenté ver si este modelo se podía encontrar en otra parte, y claro que lo encontré en otra parte, en una persona tras otra.