Toda mi vida he contado historias. Un día mi padre me dijo: deja de escribir sobre cosas que son reales. ¿Por qué no escribir sobre algo que no es real, para que no lastime a nadie? Entonces empecé a inventar cosas no reales. Empecé a escribir sobre cosas que surgían de mi cabeza, de mi imaginación, que no podían herir a nadie. Me gusta contar historias de un modo que me convenza, que me llene de satisfacción.