Cuando estés en Roma, compórtate como los romanos.
El pasado ya no es y el futuro no es todavía.
El mundo no fue hecho en el tiempo, sino con el tiempo.
Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti.
La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre.
Existirá la verdad aunque el mundo perezca.
Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros.
Casarse está bien. No casarse está mejor.
La misma debilidad de Dios procede de su omnipotencia.
Nadie niega a Dios, sino aquel a quien le conviene que Dios no exista.