La razón no se sometería nunca, si no se juzgase que hay ocasiones en que debe someterse.
El hombre no reza para dar a Dios una orientación, sino para orientarse debidamente a sí mismo.
Si dudo, si me alucino, vivo. Si me engaño, existo. ¿Cómo engañarme al afirmar que existo, si tengo que existir para engañarme?
La medida del amor es amar sin medida.
Todo el que cree, piensa. Porque la fe, si lo que cree no se piensa, es nula.
Buscad lo suficiente, buscad lo que basta. Y no queráis más. Lo que pasa de ahí, es agobio, no alivio; apesadumbra en vez de levantar.
Nadie puede ser perfectamente libre hasta que todos lo sean.
Da lo que mandas y manda lo que quieras.
Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos.
Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error.