Para cada cosa hay una cara y la cara de una religión es la oración.
Si la montaña no viene a ti, ve tú a la montaña.
Ayer era inteligente, por lo que quería cambiar el mundo. Hoy soy sabio, por lo que me quiero cambiar a mi mismo.
La posición de las oraciones con respecto a la religión es similar a la de la cabeza con respecto al cuerpo.
El corazón del hombre es un instrumento musical, contiene una música grandiosa. Dormida, pero está allí, esperando el momento apropiado para ser interpretada, expresada, cantada, danzada. Y es a través del amor que el momento llega.
Tu tarea no es buscar el amor, sino buscar y encontrar las barreras dentro de ti mismo que has construido contra el.
Hay una canasta de pan fresco en tu cabeza y aún así vas de puerta en puerta pidiendo cortezas.
¿Cómo puede haber cansancio cuando está presente la pasión? Oh, no suspires con pesadez por la fatiga: ¡Busca la pasión, búscala, búscala!
¿Por qué estas tan encantado con este mundo cuando una mina de oro late en tu interior?
¿Quién se levanta temprano para descubrir el momento en que comienza la luz?