Vicini me dijo que me veía cansado. ¡Si tenía 23 años! Me habría comido la hierba por ser titular en ese partido.
Yo estaba allí en cuerpo y espíritu, y mi concentración era perfecta. Pero me sentía tan agotado que opté por tirar a romperla.
En comparación con este premio, los demás éxitos personales y profesionales se antojan insignificantes.
Hay quien ríe después de una victoria, para mi no hay tiempo para festejar los éxitos.
Me gusta ser un entrenador de títulos.
Si hubiese querido un trabajo fácil, me habría quedado en el Oporto con una espléndida poltrona, la Champions, Dios, y después de él, yo.
Tengo un contrato con el Real Madrid. No puedo decidir solo. Estoy orgulloso, sin embargo, de saber que dos de los equipos más fuertes del mundo, y además de la misma ciudad, me querrían fichar. En Madrid se vive bien, pero también en Milán se está bien
Parreira sigue siendo un gran técnico. Quizá ahora es un poco más ofensivo desde el punto de vista táctico. No creo que Parreira haya cambiado demasiado. No se deja influir por este tipo de situaciones
No quiero un jugador que sea un hombre perfecto, que sea un perfecto profesional, que tenga un carácter fantástico, ese es el tipo de hombre que quiero para mi hija.
Me siento el Robin Hood del fútbol italiano y por esto me gusta estar en el Inter.