En deporte, la posibilidad de perder siempre es real, está ahí como una sombra. No hay que soñar con ella pero sí tenerla presente.
Cuando uno ha perdido, no se da cuenta de que ha terminado un partido excepcional, maravilloso, un partido que nadie nunca podrá críticar.
He sido un privilegiado, pero la vida también me ha hecho llorar mucho.
Pensábamos que había tiempo para arreglar nuestros malentendidos. Pero no teníamos ese tiempo