Hay cuatro cosas que ponen al hombre en acción:interés, amor, miedo y fe.
Hay ladrones a los que no se castiga, pero que roban lo más preciado: el tiempo.
Sólo se puede gobernar un pueblo ofreciéndole un porvenir. Un jefe es un vendedor de esperanzas.
La Biblia no es un mero libro, sino una creación viviente, con un poder que vence a todo cuanto se le opone.
Con audacia se puede intentar todo, mas no se puede conseguir todo.
El método más seguro de permanecer pobre es, sin duda, ser una persona franca.
Imponer condiciones excesivamente duras es dispensar de su cumplimiento.
El hombre superior es impasible por naturaleza: le da igual que le elogien o censuren.
Es necesario tratar de superarse siempre; esa tarea debe durar toda la vida.
El porvenir de un hijo es siempre obra de su madre.