No soy el mejor del mundo, pero creo que no hay nadie mejor que yo.
Mi equipo ideal es aquel en el que, en cualquier momento y en cualquier situación, todos los jugadores piensan de la misma manera.
Tampoco Jesucristo era simpático para todos, así que imagínate yo.
Algo que para mí es muy claro, es que para asumir el control del juego hace faltar tener el balón. Disfrutar de él. Mi idea táctica principal pasa por tener la pelota. Quiero una alta circulación de balón y, para que eso acontezca, los jugadores deben saber que, en determinada posición, está un compañero.
Mis equipos no tienen miedo a perder y un equipo que no teme perder ganará más partidos y jugará mejor que uno que sí.
No pierdo el tiempo pensando en porque la gente me ama o me odia
Kakà es muy bueno, Pato es muy bueno, Beckham es muy bueno, el Milan tiene seis puntos menos que nosotros. No se ha hablado todavía del Milan que terminará el año con cero títulos.
Yo no hago trabajo físico. Defiendo la globalización del trabajo. No sé dónde comienza lo físico y acaba lo psicológico y lo táctico.
Creo que Wenger es una de esas personas que en Inglaterra llaman voyeur. Le gusta mirar a otras personas, hay algunos tipos que cuando están en su casa, tienen un enorme telescopio para ver que están haciendo otras familias.
¿Tres años sin ganar ninguna Premier? No creo que yo todavía tuviese trabajo.