Los cobardes mueren muchas veces antes de su muerte, el valiente sólo prueba la muerte una vez
¿Quienes son tus enemigos? ¿Quienes son tus amigos? Esta es la pregunta más importante para la revolución.
Dios concede la victoria a la constancia.
Una cabeza sin memoria es como una fortaleza sin guarnición.
En la guerra, como en el amor, para llegar al objetivo es preciso aproximarse.
Es imprescindible luchar contra todas las facciones enemigas para obtener una victoria completa, de manera que su ejército no quede acuartelado y el beneficio sea total.
La victoria pertenece al más perseverante.
Cuando estáis combatiendo contra los enemigos, si tenéis la sensación de estar estancados y de no hacer ningún progreso, abandonad vuestro estado de ánimo y pensad en vuestro corazón que estáis empezando algo nuevo.
No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que tienen otra opinión pero son demasiado cobardes para manifestarla.
Imposible es el adjetivo de los imbéciles