El optimismo firme y paciente siempre rinde sus frutos.
La educación y el empleo son los remedios para la pobreza.
Tierra y libertad.
La ocupación desplaza a la preocupación, y los problemas al enfrentarlos desaparecen. Así los problemas deben hacernos más fuertes, de los fracasos aprender y hacer de los éxitos estímulos callados.
No hay reto que no podamos alcanzar trabajando unidos con claridad de los objetivos y conociendo los instrumentos.
Mantener la austeridad en tiempos de vacas gordas. Esto fortalece, capitaliza y acelera el desarrollo de la empresa. Asimismo, evita los amargos ajustes dramáticos en las épocas de crisis.
Todos los tiempos son buenos para quienes saben trabajar y tienen con qué hacerlo.
Cuando vives para la opinión de los demás, estas muerto. No quiero vivir pensando en como voy a ser recordado
¿Con cuántos de los millones que puedo ganar me puedo comprar un cerebro nuevo?