El sufrimiento de unos puede ser provocado por la ambición de otros.
Una de las grandes enfermedades es no ser nadie para nadie.
El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió.
Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a �?l, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en �?l.
Nuestra tarea consiste en animar a cristianos y no cristianos a realizar obras de amor. Y cada obra de amor, hecha de todo corazón, acerca a las personas a Dios.
Los niños son como las estrellas. Nunca hay demasiados.
No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor.
Las críticas no son otra cosa que orgullo disimulado. Un alma sincera para consigo misma nunca se rebajará a la crítica. La crítica es el cáncer del corazón.
La vida es un juego; participa en él. La vida es demasiado preciosa; no la destruyas.
No tengo una sola parte de mi cuerpo, por lo menos enfrente, que no tenga cicatrices; no hay arma, que se use de cerca, o que se lance desde lejos, de la cual no lleve la marca.