Yo soy como soy, tengo mi manera de funcionar. No voy a cambiar y no quiero cambiar.
Aun necesito mejorar.
El dinero te permite vivir mejor, pero no es lo que me inspira, yo vivo para jugar a fútbol no por sus beneficios económicos, además juego por el equipo y no para mí mismo.
Soy un feo simpático que con el tiempo acaba siendo guapo. En el conjunto, al final, parezco guapo.
Un entrenador no es mejor por sus resultados ni por su estilo, modelo o identidad. Lo que tiene valor es la hondura del proyecto, los argumentos que lo sostienen, el desarrollo de la idea.
Mi mayor ídolo es mi hermano. Él es un ejemplo de padre, de hermano y de jugador.
Aprendo hasta de los niños en la playa; quizá porque mi fútbol es algo infantil, me divierto como un niño.
Perdonaré que no acierten, pero no que no se esfuercen.
La timidez me ha ayudado a triunfar.
Se dice que es más fácil cambiar de mujer que de equipo de fútbol, y es cierto.