Cada hora de tiempo perdido en la juventud es una posibilidad más de desgracia en la adultez.
El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. El dolor te obliga a enfrentarte a ti mismo. Y yo decidí, en vez de compadecerme y sufrir... ¡sonreír! No me lo invento, ¡prueba!: sonríe, y la vida te devolverá sonrisas. ¡La vida es un espejo!
El verdadero carácter siempre aparece en las grandes circunstancias.
El amor es una tontería hecha por dos.
No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que tienen otra opinión pero son demasiado cobardes para manifestarla.
No se puede correr 75 kilómetros sin tener dolor, pero hay que aprender a trascender el dolor, a aceptarlo y a actuar con él. Hay que caminar cuando la cosa no vaya bien y ser paciente, porque he aprendido que siempre acaba por pasar.
Un hombre sin valor ni bravura es una cosa.
No les evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas.
Quedé contento por el título y un poco triste por Enzo (Francescoli, su ídolo), porque él estaba llegando al final de su carrera y no iba a tener otra chance así. Pero igual Enzo me regaló su camiseta.
El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va.