Los hombres de éxito conocen la tragedia. Fue la voluntad de Dios que ganase los Juegos Olímpicos, y fue la voluntad de Dios que tuviera mi accidente. Acepto esas victorias y acepto esta tragedia. Tengo que aceptar ambas circunstancias como hechos de la vida y vivir feliz.
Ayer vi a Ronaldo en televisión. Fíjese como ha engordado. No quiero terminar así, de verdad que no. Por eso sigo corriendo y compitiendo.
La zapatillas molestan para correr. (ganador del maratón de los Juegos Olímpicos de Roma 60. Corrió descalzo.)
La gente no entiende mi filosofía pero sencillamente necesito seguir corriendo y para eso necesito competiciones. Mi cuerpo tiene que sudar. Pero para sudar de verdad necesito una meta. No puedo correr sólo para divertirme.
Quería que el mundo supiera que mi país, Etiopía, ha ganado siempre con determinación y heroísmo.
No debo correr más para mi país porque sé lo que esperan los etíopes. Lo que quieren es el oro. No quieren ver como Haile Gebrselassie, con la bandera etíope en el pecho, es derrotado por algún otro atleta.
Solía irme corriendo a la escuela, 10 k todos los días
El deporte ha sido muy bueno para mí, un gran sitio para aprender que si se quiere lograr algo, se puede, aunque seas de la parte más pobre de África
Una vez que tenga el compromiso, es necesario la disciplina y el trabajo duro para llegar hasta allí
Cuanto uno se está haciendo mayor, se pierde un poco de algo. Por supuesto, hay otra ventajas, que debido a la larga experiencia, se pueden utilizar.