No hay nada fácil en el fútbol de hoy en día.
Si uno no es tan arrogante como para pensar que tiene que ganar siempre, y valora a su rival como debe, aceptará que ganar y perder no cambia la vida.
En la montaña aprendes que eres muy pequeño, una piedrecilla que baja o una tormenta te pueden eliminar del mapa, y eso me hace relativizar mucho las cosas y entender lo que es importante.
Avanzar, conseguir lo que te propones supone esfuerzo, entrenamiento, sufrimiento...¿Existe la suerte? No lo sabemos...pero lo que sí que sabemos es que todo está en nuestras manos...Un nuevo día, un nuevo reto.
Antes de venir aquí ni se me pasaba por la cabeza ganar una medalla.
El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído.
Si realmente deseas conseguirlo, la única manera es luchar por ello. Luchar de verdad y no quedarse esperando.
Mi peor rival es el próximo.
La presión debe convertirse en motivación positiva para poder rendir más.
Para jugar al fútbol no se debe sufrir. Lo que se hace sufriendo no puede salir bien.