Siempre me siento feliz. ¿Sabes por qué? Porque no espero nada de nadie; esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución. Lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, por eso ámala, se feliz y siempre sonríe, solo vive intensamente.
El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo.
Si uno sólo se centra en el final del viaje, la meta siempre aparece en la distancia. Cada viaje empieza con el primer paso, pero también has de dar un segundo paso, y un tercero, y tantos como hagan falta hasta alcanzar el destino. Podemos conseguir casi cualquier objetivo, sin importar como de grande, dividiéndolo en pasos pequeños y seguros.
Cuando atrasamos la cosecha, los frutos se pudren, pero cuando atrasamos los problemas, no paran de crecer.
El miedo no es creado por el mundo que nos rodea, sino en nuestra mente, por lo que pensamos que va a suceder
Nunca desistas de tus sueños. Sigue las señales.
Sólo quien es feliz puede repartir felicidad.
Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
Así debéis hacer vosotros: manteneos locos, pero comportaos como personas normales. Corred el riesgo de ser diferentes, pero aprended a hacerlo sin llamar la atención.
El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar.