Cuando estés en Roma, compórtate como los romanos.
Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti.
Nadie niega a Dios, sino aquel a quien le conviene que Dios no exista.
El pasado ya no es y el futuro no es todavía.
La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre.
Donde no hay caridad no puede haber justicia.
La necesidad no conoce leyes.
En el Cielo dicen Aleluya, porque en la Tierra han dicho Amén.
Así como la verdad se produce por la medida, así la medida se produce por la verdad.
Conviene matar el error, pero salvar a los que van errados.