La vida no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero... ¡Qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo. Hay que sentirse dotado para realizar alguna cosa y que esa cosa hay que alcanzarla, cueste lo que cueste.
Los pequeños intentos, repetidos, completarán cualquier empresa.
La vida no es fácil para ninguno de nosotros. ¿Pero qué hay con eso? Tenemos que tener perseverancia y, sobre todo, confianza en nosotros mismos.
Lo importante no es lo que te pasa sino lo que haces al respecto.
Si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas.
Ocurra lo que ocurra, aún en el día más borrascoso las horas y el tiempo pasan.
Hay que practicar el arte de la paciencia, porque en la naturaleza nada se hace apresuradamente.
No puedes elegir el modo de perder, pero sí puedes elegir como recuperarte para ganar la próxima vez.
La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede.
Cada trecho recorrido enriquece al peregrino y lo acerca un poco más a hacer realidad sus sueños.