Quien se transforma, transforma el mundo.
Cometemos errores cuando las emociones la invaden y nos conducen a las malas acciones.
La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo.
Aunque no sabemos lo que nos depara el futuro, debemos siempre hacer algo por la vida a favor de otros.
La tolerancia y la paciencia son mucho más profundas y efectivas que la mera indiferencia.
Lo que hoy somos descansa en lo que ayer pensamos, y nuestros actuales pensamientos forjan nuestra vida futura.
Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo.
Persevera en tu empeño y hallarás lo que buscas, prosigue tu fin sin desviarte y alcanzarás tu empeño, combate con energía y vencerás.
Meditar en la mañana confiere un buen estado mental que afectará positivamente el día completo.
Para vivir una vida desprendida, no debemos considerar nada como de nuestra propiedad.