Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos.
Hay momentos en que las tribulaciones se presentan en nuestras vidas y no podemos evitarlas. Pero están allí por algún motivo. Sólo cuando ya las hemos superado entenderemos por qué estaban allí.
Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciaremos la mejor parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que está bien o mal.
Todos tenemos tiempo para aprovechar o para perder y es nuestra decisión qué es lo que hacemos con él. Pero ten en cuenta que una vez pasado, jamás se recupera.
Piensa, cree, sueña y atrevéte.
No quiero ser una estrella; prefiero ser un buen ejemplo para los niños.
Si puedes soñarlo, puedes lograrlo.
Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
Abre tus ojos, mira dentro. ¿Estás satisfecho con la vida que estás viviendo?
Deja de pensar en la vida y resuélvete a vivirla.