Si asumimos una actitud de humildad, crecerán nuestras cualidades.
No importa que te critiquen, te difamen, te coronen ,o te crucifiquen; porque la mayor bendición que hay en la existencia es ser tu misma.
El enojo, el orgullo y la competencia son nuestros verdaderos enemigos.
Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.
Para crear una paz interior, lo más importante es la práctica de la compasión y el amor, la compresión y el respeto por los seres humanos. Los más poderosos obstáculos para ello son la ira y el odio, el temor y el recelo. De modo que, mientras la gente habla de desarme en el mundo entero, cierto tipo de desarme interno es prioritario.
Quien se transforma, transforma el mundo.
Cometemos errores cuando las emociones la invaden y nos conducen a las malas acciones.
La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo.
Aunque no sabemos lo que nos depara el futuro, debemos siempre hacer algo por la vida a favor de otros.
La tolerancia y la paciencia son mucho más profundas y efectivas que la mera indiferencia.