Yo estaba allí en cuerpo y espíritu, y mi concentración era perfecta. Pero me sentía tan agotado que opté por tirar a romperla.
En comparación con este premio, los demás éxitos personales y profesionales se antojan insignificantes.
Son poquitos los jugadores que tienen la suerte de hacer goles en la final de un Mundial; a mí me tocó.
En Italia aprendí lo que es ganar, lo que importa ganar.
Hemos estado en las montañas entrenando por 10 días y regresamos a jugar contra un equipo en mucho mejor condición que nosotros y que ha jugado siete veces ya, y tienes que tomar eso en cuenta. (luego de la derrota contra México).
En el fútbol el primero es un Dios y el segundo una mierda.
Seguramente no estoy muy contento por tantas falsedades que leí. Se me pide que aclare pero yo no tengo nada que aclarar y mi hijo no me asistió en nada y no tengo nada que ver con la GEA. Tampoco sufrí ninguna presión y siempre actué con total autonomía (sobre las presuntas presiones por parte del ex director de la Juventus, Luciano Moggi, para convocar a ciertos jugadores).
El mejor jugador es el que pone su talento al servicio de los demás. Hay jugadores útiles, no indispensables.
Ser delantero se ha convertido en un oficio difícil. Pero siempre es mejor que trabajar.
¡Obviamente estoy feliz de que esta noche Giuseppe fue italiano y no estadounidense!