La diferencia entre una persona exitosa y otra que no lo es. No es la fuerza de voluntad, ni la falta de conocimientos, pero si es la falta de voluntad de querer tener éxito.
Algunas personas tratan de inventar más cosas en este partido que no existen pero el fútbol americano es solamente dos cosas bloqueando y tacleando.
El ganar es un hábito. Desafortunadamente perder también lo es.
Algunos dirán que en fútbol sólo interesa ganar y otros, más cándidos, seguiremos pensando que si esto es un espectáculo también importa gustar.
Las batallas en la vida no siempre las gana el hombre más fuerte o más rápido. Pero tarde o temprano el hombre que gana, es el hombre que piensa que puede ganar.
Hay dos tipos de espectadores: aquellos que aman el fútbol y aquellos que aman la moda o el fenómeno social. Estos últimos son los peligrosos.
Los que traicionan una orden son pícaros; los que traicionan una confianza, traidores.
Aunque es una vida difícil, me gusta ser entrenador.
El precio del éxito es el trabajo duro, y la dedicación y la determinación para realizar ese trabajo, ya sea que hallamos ganado o perdido, la satisfacción es saber que hemos aplicado lo mejor nosotros mismos en la tarea que terminamos.
Para jugar al fútbol no se debe sufrir. Lo que se hace sufriendo no puede salir bien.