El medio para hacer cambiar de opinión es el afecto, no la ira.
Practiquen la meditación. Es algo fundamental. Una vez que se la disfruta, ya no se la puede abandonar, y los beneficios son inmediatos.
Si queremos que nuestro mensaje de amor se escuche, tenemos que enviarlo. Para que una lámpara siga encendida, tenemos que seguir vertiéndole.
Por eso América: si quieres la paz, trabaja por la justicia. Si quieres la justicia defiende la vida. Si quieres la vida, abraza la verdad, la verdad revelada por Dios.
Que la religión pueda ser usada como un instrumento para crear divisiones y provocar más pelea, es un hecho muy infortunado.
Lo que somos se lo debemos al afecto. Los días de nuestra existencia ocurren gracias al cariño.
Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas.
Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.
El secreto de la salud, mental y corporal, está en no lamentarse por el pasado, preocuparse por el futuro ni adelantarse a los problemas, sino vivir sabia y seriamente el ahora.