Vicini me dijo que me veía cansado. ¡Si tenía 23 años! Me habría comido la hierba por ser titular en ese partido.
Yo estaba allí en cuerpo y espíritu, y mi concentración era perfecta. Pero me sentía tan agotado que opté por tirar a romperla.
En comparación con este premio, los demás éxitos personales y profesionales se antojan insignificantes.
Ya que usted citaba a Valdano, le diré que una vez alguien comentó que las finales son para ganarlas y él contesto que lo peor de las finales es verlas por televisión.
El fútbol no es un deporte perfecto; no podemos pretender que el árbitro lo sea.
El otro día jugué un rato al fútbol y me dí cuenta de que tengo menos piernas que una foto carné.
Fernando Gago, es una flor en medio de la histeria del fútbol argentino
Hay un Dios. No puedes hacer cosas no permitidas a la gente sin ser castigado.
Un equipo es como un buen reloj: si se pierde una pieza todavía es bonito pero ya no funciona igual.
Cuando el 15 de junio de 1958 fui al estadio Nya Ullevi de Gotemburgo, había 50.000 personas con ganas de ver al pequeño niño negro que llevaba el número 10. Muchos me vieron como una especie de mascota en comparación con el físico enorme de los rusos.