No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros.
No pretendas ser bravo cuando basta ser inteligente.
Un guerrero acepta la derrota como una derrota, sin intentar transformarla en victoria.
Cuando todos los días resultan iguales es porque el hombre ha dejado de percibir las cosas buenas que surgen en su vida cada vez que el sol cruza el cielo.
Dios es el mismo, aunque tenga mil nombres; pero tienes que escoger uno para llamarlo.
En todas las lenguas del mundo hay un mismo dicho: ojos que no ven, corazón que no siente. Pues yo afirmo que no hay nada más falso que eso; cuánto más lejos, más cerca del corazón están los sentimientos que intentamos sofocar y olvidar.
La razón teme la derrota, pero la intuición disfruta la vida y sus desafíos.
Cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes: construir o plantar. Los constructores un día terminan aquéllo que estaban haciendo y entonces les invade el tedio. Los que plantan a veces sufren con las tempestades y las estaciones, pero el jardín jamás para de crecer.
Los buenos guerreros hacen que los adversarios vengan a ellos, y de ningún modo se dejan atraer fuera de su fortaleza.
- "¿Y cuándo piensas realizar tu sueño?" Le preguntó el Maestro a su discípulo. - Cuando tenga la oportunidad de hacerlo", respondió éste. El Maestro le contestó: - "La oportunidad nunca llega. La oportunidad ya está aquí."