El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.
Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando; lo único que no puede hacer es olvidarla.
El único fracaso verdadero es el de fracasar a la hora de intentarlo.
La mayoría de las personas fracasan porque les falta la persistencia para crear nuevos planes que reemplazan aquellos que no funcionan.
Nunca midas la altura de una montaña hasta que no hayas llegado a la cumbre. Entonces verás que no era tan alta como pensabas.
Cuando la derrota viene, acéptelo como una señal, de que sus planes no son sólidos, reconstruya esos planes y embárquese otra vez hacia su meta codiciada. Si se rinde antes que su meta haya sido alcanzada, usted es un "perdedor".
Toda aflicción que llega acaba por irse. Así sucede con las glorias y las tragedias del mundo.
Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades.
Puede que te sorprenda oír esto, pero el fracaso no existe. El fracaso es simplemente la opinión que alguien tiene sobre cómo se deberían hacer ciertas cosas.
Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender.