Junto con el italiano, el fútbol de Argentina es el peor del mundo.
Bernasconi (el juez) es extremadamente rápido. Tiene la capacidad de colocarle un supositorio a una liebre corriendo.
Siento como si me hubiesen cortado las piernas.
Muchas veces me dicen 'vos sos Dios', y yo les digo 'están equivocados'. Dios es Dios y yo simplemente soy un jugador de fútbol.
Miren que me han puesto apodos pero 'Pelusa' es el que más va conmigo porque me devuelve a la infancia en Fiorito. Me acuerdo de los Cebollitas, de los arcos de caña cuando jugábamos solamente por la Coca y el sándwich. Eso era más puro.
Solo les pido que me dejen vivir mi propia vida. Yo nunca quise ser un ejemplo.
Drogarte te mata y te aniquila. Yo estaría en el jonca si no fuera por Claudia (su ex esposa).
¿Me van a contar a mí cómo es Juan Simón? Lo conozco hace diez años. Es capaz de tomarle la leche al gato.
Pienso que la impresión que queda de un entrenador que se pasa los noventa minutos dando indicaciones desde el borde de la cancha es que durante la semana no hizo nada.
Parece que Passarella y Gallego se olvidan que tomaron cerveza, vino y algunas otras cositas.